sábado, 9 de agosto de 2008

A veces nos enamoramos.

A veces pasa así, ocurre, sucede, es. A veces viene y va, a veces se queda después del té. A veces sonríes, otras lloras, otras te ilusionas, otras te descolocas. A veces. Pero siempre lo sientes. Y nunca te arrepientes de nada.

A veces nunca es mucho tiempo, a veces siempre es poco tiempo. Y otras veces, nunca y siempre se pierden de la mano del deseo de que vuelvan a cobrar vida las agujas del reloj, porqué se detuvo el tiempo que hace vez de sangre en sus venas.

A veces, cierro los ojos, cuando empieza a sonar... y a absorver cualquier otro sonido exterior...

Stop and stare
I think I'm moving but I go nowhere
Yeah! I know that everyone gets scared
But I've become what I can't be,

Oh!

Stop and stare
You start to wonder why you're 'here' not there
And you'd give anything to get what's fair
But fair ain't what you really need
Oh! can u see what I see?

Se va interiorizando... dejando de pertenecer a algo lejano, haciéndose en mí, y pasa, que en una fracción de segundo que me invento mientras no corren los minutos y las gotas de lluvia que caen en algún lugar del planeta tienen la oportunidad de flotar, de pararse a mirar el mundo, apreciar los detalles que se les escapan antes de salpicarse... el espacio se transforma. Mientras tengo mis ojos cerrados, puestos en la forma y los colores de los sonidos, unos duendes de verano, cambian el decorado del escenario, como si fuese publicidad. Ellos adivinan dónde quiero estar. Y no necesito abrir los ojos para ver que nos hemos transportado. Mis manos tocan las baldosas sintiendo la arena en la yema de los dedos. El ruido externo nace del interior, y puedo oír las olas llegando a la orilla detras de la canción.

Abres los ojos y no ha habido publicidad, ni duendes, para quién duerme y se despierta en el sofá. Pero mis ojos estaban despiertos detrás de la oscuridad empañada en percepción. Y se me eriza la piel al ver que la arena ya no está, porqué su tacto era más real que esta baldosa que me aguanta.

A veces, puedes sentirlo sin que esté, ver lo intangible, oler lo abstracto. A veces, las veces que hayan sido, se han dejado de contar, son muchas y pocas, son las que son; a veces aunque hubiera sido una única vez, lo que fuera que fuese ya hizo que para hoy y mañana, valga y haya valido la pena para un siempre que se juega la vida haciéndole la traveta al tiempo.

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